Sólo quiero una cosa de mi efímero tiempo en la Tierra: amar y ser amado por Stella Wright.
La intensidad de esa realización es suficiente para que me asuste la muerte por primera vez en mi vida.
Hace diez años, Stella Wright nunca pensó que un trabajo de recepcionista en un pub irlandés la llevaría a trabajar para los Fox, los mafiosos más infames y peligrosos de la Costa Este, y mucho menos a llamarlos familia.
Tras perder trágicamente a sus padres cuando era sólo un niño, Lochlan Fox fue criado por sus exaltados hermanos. Nunca tuvo que madurar, pero tampoco tuvo infancia, siendo perpetuamente el salvaje hermano menor.
Al asumir más responsabilidades en el negocio familiar, Stella y Lochlan son enviados a cerrar el trato para adquirir Summerland, un complejo turístico en una isla privada conocido por su oscuro y secreto club sexual.
Han estado fingiendo que su borrachera de una noche hace cinco meses nunca ocurrió, pero a medida que la isla y sus perversiones los atraen, negar la atracción se hace imposible.
Su viaje tropical de trabajo da un giro inesperado cuando Stella se despierta a la mañana siguiente de una fiesta de máscaras sin recordar nada de la noche anterior y cubierta de sangre ajena.
Con sus corazones en juego, tendrán que sortear secretos, traiciones, chantajes y asesinatos si quieren salir con vida de este paraíso mortal.