A veces te pierdes las cosas que tienes delante.
Honestamente pensé que las cosas no podían empeorar.
Me equivoqué.
Ahora me veo obligada a defender a mi enemigo para proteger lo que más quiero. Obligada a confiar en lo mismo contra lo que he estado luchando.
No puedo hacer esto sola, y si juego bien mis cartas no tendré que hacerlo.
Todo me ha llevado a esto. Todos los hilos se están uniendo, y las piezas del rompecabezas están encajando en su lugar.
La pregunta es, ¿dónde encajo realmente?
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